De cerca: David Edgar.

- Se dice de él que fue un niño obsesionado con el deporte. Practicó hockey sobre hielo, atletismo y algún otro tipo de deporte hasta que el fútbol ocupó su día a día. Es así como acabó convirtiéndose en un jugador profesional que a partir de 2011 empezaría a competir de manera internacional con la selección de Canadá.

El padre de Edgar, oriundo de Jarrow (Inglaterra), fue futbolista profesional. Estuvo jugando de portero para equipos como el Newcastle, Hartlepool United o New York Cosmos entre otros. Su madre fue maestra en Canadá.
Como no podía ser de otra manera, David Edward Edgar seguiría los pasos de su progenitor obsesionado con su manía por practicar deporte. Tal fue su afán por seguir el ejemplo de su padre, que el defensor acabaría jugando en varios clubes de fútbol ingleses, entre los que destacaría al Birmingham, Sheffield y al mismísimo Newcastle United.

Pero nuestro protagonista se crió en tierras canadienses. Allí nació el 19 de mayo de 1987, en la localidad de Kitchener, perteneciente a la provincia de Ontario. Asistió al Distrito Escolar Católico de Edmonton, donde empezaría a sorprender por su forma de vivir el fútbol.

Muchos admiraban su capacidad de liderazgo. David es el típico jugador con peso dentro y fuera del vestuario, un hombre de los que en los peores momentos se echa el equipo a la espalda para buscar siempre la victoria.
Por si fuera poco es polivalente. Puede jugar como defensa central, de lateral izquierdo o como mediocentro defensivo. Es un futbolista de toque y talento, un bregador nato que utiliza todos los medios posibles para destruir juego e iniciarlo para su equipo. Todas estas virtudes ya las paseaba por los campos de juego desde muy joven.

Su padre fue quien le llevó a Inglaterra para iniciarse en el mundo del balompié. Con nueve años llegó a Inglaterra para competir en un torneo de fútbol patrocinado por el Manchester United, aunque finalmente acabaría rechazando una beca para seguir jugando en su país natal.

Edgar jugó para el London City antes de retornar a tierras británicas. Había sorprendido a ojeadores de varios clubes como el Celtic, pero al final aceptó el reto de ingresar en la Academia del Newcastle United. Durante un tiempo vivió en casa de su abuela en Hebburn. Gustó tanto que hasta el Málaga C.F. trató de hacerse con sus servicios, aunque el jugador seguiría en el Newcastle.
Debutó en la Premier League después de jugar para el equipo filial blanquinegro. Tuvo diecinueve apariciones e hizo sus dos primeros goles antes de trasladarse a Lancashire para jugar en el Burnley durante cinco años.

También jugó cedido en el Swansea City, con el que tuvo escasas oportunidades antes de desvincularse del Burnley en 2014. Después jugaría para el Birmingham City, con el que tampoco tuvo un paso muy destacado, ya que gran parte de su estancia en el conjunto de St Andrew's la pasaría cedido en otros equipos.

Tras sus breves experiencias en equipos como el Huddersfield Town o el Sheffield United, Edgar retornaría a Canadá para competir en la MLS con el Vancouver Whitecaps, donde solamente estuvo una temporada disputando ocho partidos del campeonato norteamericano. Un accidente de tráfico le apartaría del deporte durante unos meses, y posteriormente pasaría a jugar para el equipo reserva mientras recuperaba su mejor forma. Actualmente sigue ligado al club de Vancouver.

El 9 de febrero de 2011, Edgar se estrenó con Canadá en un partido con derrota ante Grecia (1-0).

- Con tan solo dieciséis años ya compitió en su primera Copa del Mundo juvenil en 2003. Pasó por otras categorías menores hasta lograr su debut con el equipo de mayores el 9 de febrero de 2011, en un partido frente a Grecia que acabó con 1-0 para los helenos. Posteriormente fue convocado para participar con Canadá en la Copa Oro de la Concacaf 2011.

Desde su estreno internacional, David Edgar ya ha jugado 41 partidos en los que ha marcado cuatro goles, siendo el primero de ellos en un partido clasificatorio de cara al Mundial de Brasil frente a Cuba. Su cuenta pendiente es la de poder jugar un Mundial con el equipo canadiense, algo que no ocurre desde hace más de treinta años.