- Un gol suyo metió a Canadá en el Mundial de México 86, el único que ha podido disputar esta selección en toda historia. Sin embargo, la carrera deportiva de este futbolista se vio ensuciada por un lamentable capítulo con las apuestas deportivas y los sobornos. Igor Vrablic fue un magnífico delantero que llegó a marcar doce goles en su trayectoria internacional.
Igor nació en Bratislava (la antigua Checoslovaquia) el 19 de julio de 1965. Sus padres emigraron al Canadá cuando él tenía tres años. Junto a John -su hermano menor- se pasaba todos los días jugando al fútbol, incluso en pleno invierno cuando la nieve no cesaba.
Tanto entrenamiento mereció la pena, ya que el joven checoslovaco se graduó en la academia de Kitchener Waterloo Collegiate, y allí fue visto por un ojeador del Toronto Blizzard. Finalmente no llegaría a un acuerdo con los dirigentes. Con diecisiete años de edad, Vrablic seguiría entrenando duro hasta conseguir un equipo en el que destacar.
Entonces se incorporó al Beograd, un equipo perteneciente a una liga de Kitchener con el que competiría para mantenerse en forma. Durante un año siguió sorprendiendo a muchos por su forma de tocar el balón, y solamente era cuestión de tiempo encontrar un equipo con el que hacerse profesional.
Vrablic cumplía con el típico perfil de delantero eslavo. Era dinámico, técnico, fuerte y muy talentoso. Tenía buen disparo y era un gran lanzador de faltas. Por alto era todo un peligro, especialmente en los córners, en los que gracias a su altura y sus elásticos saltos siempre acababa poniendo en apuros al meta rival.
Sabía moverse por la banda, pero su mejor rendimiento lo sacaba como nueve, y eso se plasmaba en cada partido, pues el joven ariete sabía hacer goles de todos los colores y para todos los gustos. Eso es lo que le llevaría a ser internacional.
Llamó tanto la atención que un año después de jugar para aquel conjunto de Kitchener fue captado por el Golden Bay Earthquakes, club que le daría la oportunidad de convertirse en profesional. Después llegaron los Juegos Olímpicos de 1984 y el Mundial de México, y el delantero alcanzó una fama que le daría la opción de darse a conocer en el extranjero.
En 1985 se marchó a Bélgica para fichar por el RFC Sérésien, un equipo de la máxima categoría belga en el que permanecería una temporada. Con este equipo completaría unos registros de tres goles en catorce partidos.
Aún no era el momento de abandonar Europa. Igor contó con muchas ofertas de otras entidades, pero finalmente acabaría aceptando la propuesta del Olympiacos griego, al que llegaría en 1986 para jugar durante el curso 1986\87.
Se marchó de Grecia con más pena que gloria. Muchos pensaron que el canadiense triunfaría por Europa, pero lo cierto es que no tuvo tiempo a demostrar todo lo que valía. Solo tuvo tiempo a celebrar un gol en la liga helena, ya que su vida estaba a punto de cambiar de forma inesperada...
En noviembre de 1987, los miembros del equipo nacional de Canadá Vrablic, David Norman, Héctor Marinaro y Christopher Chueden fueron acusados de aceptar sobornos para afectar el resultado de un partido de la Copa Merlion en Singapur. Finalmente no se pudo demostrar nada jurídicamente, pero tanto Igor como sus compañeros tuvieron que cargar por siempre con aquel soborno que ensució sus respectivas hazañas deportivas.
Un gol de Igor Vrablic fue el que clasificó a la selección canadiense para disputar el Mundial de México. |
- Puede que aquel asunto enturbiase todo lo que había logrado hasta el fin de su carrera, pero lo que este hombre logró como internacional no se puede olvidar tan fácilmente. Además de tener una gran actuación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, un gol suyo fue el que clasificó a Canadá para disputar el Mundial de México 86.
Con la selección canadiense disputó un total de 35 partidos en los que anotó doce goles. Por desgracia no pudo llegar más lejos en su episodio internacional, pero sí podrá presumir de haber participado en la única Copa del Mundo a la que Canadá acudió.
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